jueves, 27 de octubre de 2011

SAFO

Una noche de copas, películas, compartir un taxi fue lo que nos hizo saber una de la otra, jamás han sido mi especialidad las mujeres pero ella tenía ese algo extra que la hacía diferente a la mayoría de las gay que yo conocía.
Para empezar era femenina, no que sea cosa rara pero la mayoría de las que conozco me parecían más del tipo Butch.
Pensé en que podría pasar si cambiaba la dieta y en lugar de comer carne de cerdo me dedicaba a solo frutas blandas. Y ahí estaba yo con Ella en la cama, y era tan excitante.
Y en algún momento me di cuenta que mi experimento lésbico se había convertido en la relación más estable que con todos los hombres que había conocido o por lo menos la más duradera.
Invitaciones de viaje pendientes, reuniones, cafés por la tarde he idas al cine siguieron después de la cama y si un afecto limitado por nuestros propios fantasmas.
En un restaurante, se acercó a mí y me susurró: ¿Cuándo nos acostamos? ¡Qué atrevida! Me encanta.