jueves, 30 de diciembre de 2010

ESPEJO.

El espejo es un simple y vil vidrio bañado de plateado que sirve para recordarnos que solo somos un puntito abierto en el manto del infinito, con tal de saber quiénes somos buscamos espejos en un charco de agua, en la piel de una manzana, en el cristal de un aparador y podemos vernos pies manos pero no el rostro eso solo podemos hacerlo con un espejo.
Los espejos nos llevan a otro lado a ver imágenes sin semejanza con nosotros, pero que es nuestro por mucho que queramos engañarnos, otras veces les hacemos preguntas sin poder distinguir si sus respuestas son ciertas o falsas, o les pedimos que callen que nos engañen por que las respuestas son demasiado claras y nos dicen que no engañamos a nadie.
Somos tan extraños como el extraño que nos mira y a veces nos sorprende nuestro reflejo en el espejo que no esperábamos ver y nos preguntamos ¿esa soy yo?

martes, 28 de diciembre de 2010

¿AMOR ESTADO DE ÁNIMO?

Como es que vamos buscando en el sexo esos “no sentimentalismos”, vamos navegando de un cuerpo a otro jugando a no enamorarnos. Pagamos para tener amor, damos regalos, incluso mentimos para fabricarlo.
A veces ponemos de pretexto la distancia, los ideales, las diferencias, las costumbres, ¿cuándo nos detenemos en el camino y plantamos una bandera con una leyenda que dice: “El amor es solo un estado de ánimo”?
Alguien una vez entre pláticas me dijo, que no estaba preparado para tener una relación y bueno yo creo que el sexo es una forma de relacionarse, bueno tal vez lo que trato de decir es que no quiere comprometerse, esperen, no hablo de casarse, vivir juntos, esas son solo etiquetas.
Comprometerte es más que eso, es querer estar, besar, tocar, jugar a quererse un poco, acompañarse, ser cómplices, y no hablo de amor o no al menos ese que se basa en otra persona.
Lo extraño es que siempre el cuerpo está dispuesto y más cuando se trata del placer, además recuerden todo empieza con uno mismo, el amor, el compromiso, la seguridad, como dicen: ¡No ay mejor placer que el que se da uno mismo!

lunes, 29 de noviembre de 2010

SABOR AQUA.

Alguien cuestiona las mentiras las llamas “verdades a medias”, “mentiras piadosas”, todo depende del lucro con que las uses.
Los hombres mienten, las mujeres mejor. Un chico de veintidós le daba cinco años menos de vida a mi personita, las demostraciones mas extrañas de cariño, hablar hasta de amor, si pero ese que va mas allá del sentimentalismo.
Ver una película tomarnos de las manos y disfrutar de las delicias de la carne y unos cuantos besos perdidos.
Comenzó a olerme el cuello, me describe como un color “Aqua” y repite con besos que le gusta el aroma de mi cabello.
Dejamos de preocuparnos por los demás, empezamos a jugar con esto que siente nuestro propio deseo, sabemos quienes somos por que nos dimos a la tarea de reconocernos con nuestras propias manos, degustarnos con besos personalizados.
Si, ¡aja! esos amoríos de quinceañera, algunas lo ven como perdida de tiempo, para mi es devolverle vida a algo muerto ¡maravilloso tan maravilloso!.
Y las despedidas no saben a nada, solo se trata de rellenar un poco de la alacena, de verlo como una necesidad básica ya saben como comer, tomar agua.
Ay días, o noches, que si lo extraño, a veces lo traigo conmigo hasta mi cama cuando pienso demasiado en el y duermo con su rostro y su cuerpo en mi pensamiento.
El también sueña conmigo, se que ay instantes en los que revivo en sus labios y su cuerpo siente mis manos rondando con caricias. Un niño jugando a ser hombre con Violetta.

lunes, 11 de octubre de 2010

SE SOLICITA AMANTE, AMPLIO CRITERIO

Es cierto en ocasiones nos excitamos solo con pensar lo que vamos a hacer y aunque no haya sido tan bueno (el sexo) tu terminas satisfecho.
Hoy en día es difícil encontrar buenos amantes, aquellos que sean discretos, que no hagan alarde de sus aventuras de cama y que estén cuando tu de verdad los necesitas.
Ayer encontré a un amigo con el cual me resulta entretenido hablar sobre hombres y su instrumento de batalla, ambos compartimos los mismos gustos, él está en una etapa asexual, bueno eso cree, es más bien cuestión de suerte.
Hablábamos de que todas las Hetairas deberíamos tener nuestra propia premiación a “El Falo del año” ¡aja!, se que resulta increíble pero dentro de los que apoyan la nomina, algunos valen la pena.
Esta por ejemplo el tipo rudo con cierto airecito chicano, que tiene el don de buen amante, rudo y fuerte. Aquel que tiene pinta de mujeriego, atractivo y alegre. Podría ser ese que corre y tiene un abdomen donde podría lavar mi ropita interior. Ya se tal vez aquel que generosamente me llama para decirme cuanto le gusto. O ese que viene de vez en vez con regalitos. Esta el que me dice que me quiere y piensa en el tiempo que tengo conociéndolo.
Cada uno, a pesar de que no todos son excepcionales en la cama, tienen su encanto. Tenemos nuestro inventario de aventuras nos reunimos a contarnos secretitos de ellos, a reírnos algunas veces, a imaginarlos, a jugar con nuestras mentes retorcidas.
Jugamos a coquetear, aprendemos de las miradas, los movimientos y en el desinterés de nosotras esta el interés de ellos. A recibir sin tener que dar. Suena por demás egoísta pero quien no lo es, los hombres no han aprendido que las mujeres no lo hacen por nada, todas se venden por algo: amor, deseo, compañía, promesas, dinero.
Terminamos nuestra profunda platica eligiendo a uno de los candidatos, ese que cumplía con un sin número de requisitos.
Optamos por elegir al chico rudo, fuerte, y gran amante. Lo más maravilloso de todo es que es discreto, y con disponibilidad de tiempo.
Y entonces, se que había averiguado lo suficiente para luego enseñarme lo mal que se lleva la libertad con la indiscreción.

jueves, 7 de octubre de 2010

CORPORATIVIZACIÓN DEL OFICIO

Siempre se conoce gente nefasta, y más en este negocio. Los ejemplares de la miseria humana se arrastran por todo Saltillo, se esconden en las esquinas, en los Palacios de Gobierno, en las escuelas y callejones.
Pero bien dicen que el enemigo está en casa, y así me pasó a mí. No me refiero a mi familia, si no aun tipo de esos horribles, que Dios creó con los residuos del barro de Adán.
Hay quienes ven en esto toda una corporación o hasta una empresa establecida. Así era este sujeto, quien trataba de alimentar mi ego, mientras buscaba que yo alimentara su nariz; trataba de venderme ingenuidad yo pecados.
A muchas de este negocio les pasa, se encuentran a algún fulano que las protege y administra a cambio de la mitad de sus ganancias, que sirve para patrocinarle a él una que otra cosa rara. Justo de esa medida era El Patrón de quien hablo: adicto, sabelotodo sucio, se tomaba la libertad de pedir que te quitaras la ropa para ver que tal estaba la mercancía, como si hicieras casting para el negocio de tu vida.
Aún y con mi habilidad para no caer en trampas, pero si ser bastante tramposa, comencé a laborar en horarios nocturnos en el negocio del Patrón (me encantaría decirles el nombre, pero no se emocionen, no lo haré, no daré publicidad gratis a un montón de cabrones).
Mi experiencia con él fue caso tan explotadora como la que tuve en el trabajo que deje y que me llevó a laborar de acompañante.
El del Patrón, es todo un negocio establecido: cartera de clientes, página de Internet, tarjetas de presentación, pago por nómina, ajá, increíble ¿no? “Mas que un servicio una compañía” era su lema.
El jamás se movía para eso existía Ella, quien secundaba sus órdenes. En Ella veía el cliché de las relaciones con los proxenetas: les hace falta, sienten que no van a vivir sin ellos. Cualquier semejanza con un kilo de cois debajo de la cama es mera coincidencia.
Odio a esos tipos que ven Discovery Channel cinco minutos y creen saberlo todo en el mundo. De verdad, así se las creía éste, un genio, el Carlos Slim de las lentejuelas…
Decidí dejar mi acta de renuncia. Siempre he tenido éxito, y me ha bastado con mis propias mañas. No necesitaba a ese Patrón que parecía caminar siempre con el letrero que decía: “Se vende hijo de puta con buenos modales, aproveche oferta por tiempo limitado”
Saltillo es un ombligo, te enteras de todo, conoces a todos. Me enteré del quiebre en a bolsa de valores de este corporativo de putas. No les voy a decir quién me contó. Ni quien quebró, no como… ellos saben bien, y como todo termina mezclándose con todo, el que este libre de coca que tire la primera piedra.

lunes, 4 de octubre de 2010

APRENDER

Todos los días al despertar siento el impulso de verme en el espejo del baño me observo desnuda, toco mis senos, y mido con mis dedos si la gravedad y los años que pasan han causado estragos, mi abdomen, mis piernas, mis muslos y si la magia de la ropa interior aun no pierde ese maravilloso encanto en los hombres al dibujarme la figura.
Juego con la sensualidad de la regadera del agua cayendo en la piel, de los besos que se van dibujando de algunos de mis amores a quienes conservo en el pensamiento, los casos especiales de generosidad carnal.
Todas tenemos a nuestros favoritos, a los que podrían pasar desapercibidos por la chequera y los saldos extra, en algunas ocasiones al salir del baño casi a punto de concluir las ideas, regreso a ser yo, todo los pensamientos pintados de lujuria de miss pelvis se fueron por el caño diluyéndose con el agua.
Tu alguna vez te has arrepentido de no vivir, alguna vez te has visto de verdad en el espejo, te imaginas dibujando aves en el pecho que un día volaran, o que traerán algo nuevo, o dejaran de tener colores.
O piensas, en nada, solo en que el baño se convierte en mi lugar infinito favorito, tan pequeño a veces, cálido, mío, donde desnuda sin nadie puedo ser yo. Puedo ver cada recoveco de mi cuerpo.
Un día veía mis calzones, a la altura de mis tobillos seguramente estaba sentada sobre la taza, imaginándome algo, fumando, no lo recuerdo, dije “¡vaya, que sexy es verlos desde esta altura!”.
De esas perversiones personales, ese placer de verme, de observar cada espacio de carne, mi ropa, mis pies, las manos, reconocerme. Empiezo a reflexionar en dos frases que escribe mi poeta favorito. Lo primero, uno aprende que el amor no significa acostarse y una compañía no significa seguridad.
Lo segundo que, uno empieza a aprender...Que los besos no son contratos y los regalos no son promesas. Y luego comienzo a vestirme, para salir de nuevo con mis tacones altos, una sonrisa carmín, y mi cartera lista.

lunes, 27 de septiembre de 2010

DIBUJANDO LINEAS

Cuando lo imagine por primera vez me parecía tan sensual la idea de besarlo, en esos días había leído una revista donde la mayoría de las notas centrales son encuestas sexuales, digo en mi oficio es como leer la bolsa de valores para un empresario, en fin hablaba de las fantasías recurrentes en las mujeres, me llamo la atención dos de ellas. La primera decía que de diez mujeres ocho tienen la idea recurrente de tener sexo con un extraño y otras el sexo rudo.
Me apunte en las que prefieren el sexo con un extraño, y bueno es que miss pelvis tenía sus propias jueguitos perversos, recuerdo que a los 18 lo que me hacía sentir cosquillas entre las piernas era tener un chico rudo, con brazos fuertes llenos de tatuajes. Y ahora la oportunidad de hacer este sueño realidad se hacía presente.
¡Ah! Bendita tecnología, que nos hace más cercanos y nos deja vernos a través de imágenes con poses de revista y el mejor peinado, o la ridiculez de las noches de fiesta.
Cumplía con los requisitos oficiales, por lo menos hasta ahora, después de planear tanto una salida a el regio mundo de los barrios llenos de congales, me decidí, me aventure a conocerlo y emborracharme a propósito para terminar en su cama, digo si no era lo que esperaba podría usar el pretexto clásico de ¡que hice, perdón andaba hasta la madre! Cosa que no fue así, si no todo lo contrario. Y volvería por más en la primera oportunidad.
Quiero ver líneas de sus dedos dibujados en mi espalda de nuevo, tal vez no lo vuelva a ver pero miss pelvis quedo satisfecha la realidad supera la ficción regrese a casa con el mejor sabor de boca, él es de los que en cada oportunidad se aleja buscando, o intentando encontrar.
Que se quede con los sueños de Violetta en su cama, con unos besos de mi boca, y mis piernas abrazándolo, y el agradecimiento por la hacer de lo erótico algo real.
Es un nómada que tiene casas y un lugar a donde va, que huye pero nadie puede huir de nada ni de sí mismo. Y entre paginas y letras nos buscamos, nos alejamos, nos enviamos besos que un día nos daremos, son de esas promesas que no ay que cumplir. Las palabras solo sé que quedan si las escribes con tinta en la piel, the only truth is what you feel!

lunes, 20 de septiembre de 2010

LA LOCURA ES EL ANTIDOTO ANTE LA ESTUPIDEZ…

Ay quienes caminan con el amor amputado con las ganas a medias y el ego en la bolsa derecha del pantalón. “No quiero enamorarme”, eso dijo después del segundo round en la cama y nublo la vista en el segundo beso de su Violetta.
Quienes somos para reprimir lo que la carne siente, el es de esos que juega y esconde un par de cartas en la manga de la camisa, y eso no es trampa, es miedo. Me gusta tener abastecida la despensa básica con cosas primordiales como: agua, un frasco de café, cigarros, papel de baño y sexo ocasional.
Nos besábamos mientras el agua de la regadera iba borrando las caricias pasadas y nos dejaba espacio para más, me dejo ver en su cara un poco de sentimentalismo que se le escapo sin darse cuenta. De pronto tuvo unos minutos de lucidez y decidió huir, se puso el pantalón, la camisa y camino a la puerta, dice que no le gusta voltear atrás, creo que lo hizo y por eso regreso. Creo que imaginaba que jamás saldría de mi boca: quédate.
Por la mañana debía marcharse la dosis de manos y deseos de “miss pelvis” se había terminado y volvía a ser yo sin mis prejuicios pero bueno esos hombres que quieren alimentar su cochino ego, ¡aja! Saben que ocho de diez hombres son expertos en arruinar el momento después del sexo, las mujeres como yo no necesitamos palabras, no queremos las promesas que no se van a cumplir y odiamos la palabras de miel al oído.
Una de esas frases de macho alfa fue lo que hizo a mi personita bajar de un salto de la cama. Los egoístas nos odiamos para destantear al enemigo, y después regresamos a la cama donde espera nuestro cochino ego.
Mi aventura de “una noche” se convirtió en “nos veremos pronto” ¡Amor! ya sabes cómo me enferma esa palabra que lastima que mis mejores sentimientos me hagan vomitar, la gente que se enamora no vomita por eso se envenena.
Todo se resume siempre en una pregunta ¿quieres jugar? Y juegas, pero siempre pon las cartas sobre la mesa. Precaución: si de esas precaucioncitas paranoicas que una se toma no tanto para protegerse como para sentirse protegida. Veía que la intensidad de su pasión estaba media por la soledad que la precedía.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

PUTIFICANDO EL AMOR

Puede que puedan imaginarme persiguiendo el amor, o esperando en las tardes a que algunos de mis amores se conviertan en mi putezco príncipe azul, o rojo, o tal vez amarillo. Pero, no en mi vida cotidiana lo único a lo que jamás me apego es a las relaciones personales, odio los sentimentalismos. No es que este en huelga él corazón, o sea una “perra desalmada”, como a veces me llama un querido amigo.
Veo a los esposos de algunas, los novios de otras y qué decir de los futuros cónyuges, pagar por un momento con alguna de nosotras, las mujeres como yo nos revelamos al hecho de saber que la mayoría de los hombres, si les gusta comprometerse o hasta se enamoran, pero algo en su ser en esa parte del instinto que les grita que deben alimentar el ego o reafirmar la masculinidad en brazos de una como yo que le susurre al odio que “¡eres el mejor!” (Aun sabiendo lo fingido de nuestras palabras), ellos deciden correr ese riesgo.
Qué rayos hacemos para no darnos cuenta de que todos buscan lo mismo, que los hombres fieles lo son mientras les dure el encanto de tus piernas, se necesita más que eso para retenerlos, se necesita más que ser amable, linda.
Mi amiga había decidido que su encanto fuera alternar ritmos tropicosos miradas y meneo de cola para seducir a su víctima, un tipo presuntuoso con cierto aire de Don Juan Tepiteño (trillado, muy trillado) y algunas frases rebuscadas.
Cuando besas te dejas seducir, siempre he creído que “besar en la boca es mucho más íntimo que tener sexo”, se dejo llevar, jugo y perdió. El tipo una semana después de su encuentro y una lista de promesas de amor, se caso con la Santa de su ex novia (estaba embarazada).
Mi amiga derramo unas cuantas lagrimas, probó la infidelidad y el maldito desencanto. Volver a casa y encontrarse con el mismo hombre en su cama, la desilusión no se hizo esperar, algunas cosas en el juego de las sabanas son difíciles de olvidar más que el mismo encanto de las promesas no cumplidas.
De vez en cuando se encuentra con el Don Juan y le roba algunos besos, se dicen mentiras, fingen que se creen. Cuando hay una persona que te agrada, lo que más quieres es creerle cualquier cosa que te cuente.

domingo, 5 de septiembre de 2010

CUESTION DE SUERTE

En esta ocasión prefiero no hablar de tragedias ajenas. Ya saben, en este mundo de rentas, ventas, mentiras y amorcitos de crédito card, es mejor volverse espectadora y permitir que hablen los demás, por que como dijo Confucio. “El que sólo está lleno de si mismo, está vacío”.
Alguna vez escuche decir de boca de mi padre algo así como: “la suerte es para los pendejos”. Y bueno, uno les cree a los padres tanto como la razón aguanta, así que yo le creí a él y clasifiqué como pendejos a todos aquellos individuos suertudos que ganaban la lotería. Ya en serio, eso me marcó y pasó a ser parte de mi acervo de frases sabias y siempre utilizables.
Mi idea entorno a estoa cambiado un poco, a raíz de cierta historia que me contaron (aquí empieza la parte que suena a testimonio acerca de Jesús, pero no cambien la página, por favor): Sofía es una chica de diecisiete años. Fue violada de pequeña por un familiar. Comenzó en la prostitución muy joven por que no tenía dinero. (Imaginen si por no tener dinero todo mundo entrara en esto, México sería un burdel gigante). Esta embarazada de cuatro mese; de manera bastante irónica, el padre de su hijo es también su manager (eufemismo que se utiliza para proxeneta). Es este quien atiende la cartera de clientes y quien controla los gastos. Platicando con Sofía, me doy cuenta que no es la ignorancia lo que lleva a una mujer a vivir subyugada; esta técnica es una forma de vida inexplicable, pero cierta. No intento que alguien se toque el corazón y llore con esta pequeña reseña, pero si quiero que entiendan mi punto. Ni siquiera Justina, la del Marqués, sabe hasta donde llega el infortunio de la vida real.
Sofía ha convertido su vida de mentirillas en algo cotidiano, y bueno, su pareja, esposo y padre de su hijo acepta y tolera que ella comparta su amor pagado con otros hombres. La oportunidad de conocerla se me dio en una ocasión en que compartimos escenario de trabajo, ya saben, en reuniones en las que cada quien lleva su cada cual pagada, y haciendo siempre honor al tamaño de la cartera (quien trae la más cara, educada y bonita). Rodeadas de pláticas nefastas y pseudo negocios, decidimos beber tequila y güisqui para olvidar un poco el sabor amargo d tanta hipocresía, que traía consigo una noche larga de mucho trabajo y tacones altos.
Después de hablar Sofía (y metiendo mi personita al tema, de nuevo) veo que la suerte es parte importante de mi vida. Como ya les había comentado, aún no he tenido alguna experiencia desagradable, o que me enseñe se estoy haciendo lo correcto (una vez más, “¡Aleluya deidad de las putas!”).
Algunos les toca que les llueva, a otros que se les inunde y a otros como yo, el agua solo nos moja los tacones. La suerte si existe, pero es como el presupuesto de gobierno, muy, muy injusta.

lunes, 30 de agosto de 2010

SERVICIO ESPECIAL 24 HORAS

Comenzaré por dejar de involucrarme con gente que tenga referencias gubernamentales ¿ajá?, eso pensaba cuando llego a mi otra de tantas proposiciones indecorosas. Pero a decir verdad, esta era bastante decente…….y rara.
Lo conocí en uno de esos tantos eventos a los que asistía como dama de compañía. Imagino que él se quedó con un mal sabor de boca de mi personita al aflorarme un lenguaje de cargador de la Merced. Seguro pensó que era una tipa venida a menos, sacada de algún lugar de mala muerte. Pero ya en nuestro segundo encuentro hubo un poco más de conversación y bueno mas que palabras, precios. Tuvimos que ajustar las cosas, ya que el señor decidió que me necesitaba las 24 horas del día (menos mal que era bastante generoso, que yo me veía regateada como mercancía de tianguis). ¿Se imaginan, que alguien te pago no sólo por sexo, si no por llevarte de compras, viajar, y por que lo veas y le hagas piojito? Cada vez que recuerdo a este personaje me vienen cosas buenas a la cabeza.
Era increíble ganar dinero rascándome la barriga y sólo diciendo “amor quiero esto o aquello”. Parecía ser que lo único que necesitaba mover de mi cuerpo era la mano, y eso, para recibir los regalos. Bueno, debe haber una deidad de las putas y esa deidad debe haberme mandado un rayo de suerte.
Me sentía como Julia Roberts en “Mujer Bonita”, aunque región cuatro. Sería un lugar común decir que no podía enamorarme por profesionalismo, pero hasta los lugares comunes tienen algo de verídico. Y si he de ser sincera, mi plan jamás fue enamorarme, siempre creo que el amor, el sexo y el dinero jamás tienen buena relación. ¿Por qué, si no jamás funcionan los romances de las putas de literatura? Digo yo no aspiraba ni aspiraré a ser Santa, ni pienso dejar que un Jarameño me salve.
Por que, en un mundo donde la gente escribe, vende lotes en la luna, dispara AK-47 y se casa, además de suicidarse en masa para irse en la nave espacial que sigue la cola del cometa Halley (uf, tomo aire), no resulta sensato tener como religión el amor. Y menos si una se dedica ala falsificación de éste.
Estas jodida y tienes amor aunque con eso ni comas. Tienes dinero y éstas solo y no sabes como gastarlo, hasta que encuentras a una como yo. Y si el sexo es bueno la relación es mala…en fin nunca aciertas a nada. Además creo que el amor en este negocio no existe; es sólo un estado de ánimo alimentado material o económicamente.
Después de terminar mi contrato de tiempo completo, miraba (como quien deshoja margaritas) cada prenda que tenía en el closet y decía: “eso me lo compró mi amorcito, esto no” y eso que tenía muchas cosas que él pagó. Ya saben, las mujeres y su vanidad, plus una cartera llena, cometen muchas locuras. A fin de cuentas, descubrí lo que todos los Oxxos saben: el amor no reditúa, pero el servicio 24 horas si.

miércoles, 25 de agosto de 2010

LAS CHICAS DEL PASTEL.

Dirán que su Violetta se quiso poner en plan de historiadora. Imaginen por un momento la historia de la evolución del hombre: así como en un cuadro del Bosco vayan observando nuestra desnudez simiesca llena de pelos, viene después el mono erguido que asesina con huesos afilados, luego llega el esplendor del ser que sabe cultivar y que construye imperios de piedra; al mono le pega el pudor medieval y se tapa sus vergüenzas; se pone a “pensar” y se separa de Dios, luego decide que todo es subjetivo y pelea con sus mismas ideas… al final del cuadro, está el todopoderoso hombre con corbata, que sostiene unos dólares y mira con lascivia a una chica de tanga.
Dirán que su Violetta se quiso poner en plan de historiadora, pero mi ejercicio tiene un fin: enseñarles que ese hombre de corbata es exactamente el mismo con el que inició el cuadro.
En esta vida hay un momento en que todos los hombres se vuelven “señores”, pero antes de ello dejan una última cana al aire: las famosas despedidas de solteros. Yo sé que ustedes alguna vez se han preguntado cómo son esas fiestas y si existe en ellas la famosa “chica del pastel”. Les puedo decir que en la despedida en la que trabajé no hubo tal, pero sí algo similar. Y fui yo.
Sí, soy Violetta y soy una sobreviviente de la despedida de soltero más desquiciada de la historia (Todos: “¡Hola Violetta!”). Llegué en compañía de una amiga, por supuesto del medio; al principio, ya saben, los hombres estaban muy propios, pero bueno, el alcohol, así como las chicas del pastel cumplen su parte. Imagínenme en una caja de una camioneta enorme (justo como en la escena de “Terciopelo azul”); bailando para un montón de hombres que intentaban tocar por lo menos mis piernas y gritaban una infinidad de obscenidades. Parecían un grupo de monos aulladores, de zombies hambrientos, de hombres… al fin.
Suerte que mi colega salió en mi auxilio y bastaron sus senos y un buen trasero para calmar un poco los ánimos, también ayudaron las cervezas frías que les aventé en la cara para aligerar su temperatura. Escuché a lo lejos a un tipo entonando canciones que mencionaban todas las formas posibles para decir “vagina”, y a otro que me gritaba las cosas que me haría si lograba acercarse a la camioneta. ¿Ven ahora lo que les digo? Del mono, hace 14 millones de años, al hombre de corbata actual, hay sólo cinco tragos.
¿No se preguntan por qué siguen siendo la especie dominante? En esta clase de reuniones, donde no van suficientes Violettas y no se da “El Milagro de la multiplicación de la Carne”, la mecánica para decidir quién se queda con las chicas es muy simple: se hace una rifa. Me tocó en suerte ser la fantasía del “Novio”, quien me tomó de la mano y no dejó que nadie me tocara. Nuestro nidito de amor, una palapa con colchón y viento suave. Fue bastante bueno y me dejé llevar.
La verdad, el Novio me pidió que no lo tratara como cliente, que fuera su amante por un rato, que abandonara ese clásico cliché de las putas. Y como yo estoy para cumplir las fantasías, decidí complacerlo. Inventamos la historia de que nos habíamos conocido en un bar. Cuando culminó la fantasía del Novio, acordamos vernos de nuevo, pero él aclaró que nuestro siguiente encuentro sería, ahora sí, sin tanta efusividad. A la salida de nuestro nidito, el tumulto armado por los Hombres era mayúsculo. El Novio, caballero andante contemporáneo, me abrazó y salimos de allí corriendo

martes, 17 de agosto de 2010

DALE LA MANO A LA QUE SIGUE

Lectores míos, cuando pensaba que ya lo había visto todo, apareció alguien que me dijo “quiero mostrarte algo...”
A los hombres con la edad se les despierta más la libido, pero no hablo de un renacer sexual, sino de perder los cabales. Creo que el hecho de saber que ya está cerca de la hora final los hace desear a toda costa convertir sus fantasías en realidad. Lectores míos, cuando pensaba que ya lo había visto todo, apareció alguien que me dijo “quiero mostrarte algo...”.
Este hombre buscó a Violetta por cielo mar y tierra y la encontró. Quería que lo sorprendiera, quería saber todo sobre mí, descubrir mis habilidades y las de Miss Pelvis, pero terminó por sorprenderme. Y no me refiero a que a su edad todavía anda en busca de su tercera esposa, sino a algo todavía más extraño...
Me tomó por sorpresa que me hablara de un personaje en su vida, todo alrededor de ella sonaba a mucha melancolía y pensé que era alguna novia o solo una mujer importante en su lista de amoríos. Su nombre era Jenifer y cuando hablaba de ella sus ojos se ponían tristes, como quien añora. Cargaba consigo una serie de fotografías de ella, que se atrevió a enseñarme y al verlas pensé “este cabron está loco” y no eran precisamente pornografía.
La susodicha se trataba de una muñeca inflable con vibrador, gemidos y control incluidos. Cual novia, le compró blusas, faldas, zapatos, ropa interior, ligueros y todo tipo de outfits que la hicieran verse más real. Le puso nombre, se volvió su compañera inseparable pero así como todo lo que empieza inevitablemente tiene un final. Ella tuvo uno triste, un día se pasó de aires y Jenny como le diré de cariño, ¡pum! se reventó. Se vino a mi cabeza su cara y la muñeca reventada, era como de caricatura, como una animación japonesa, quería reír pero el profesionalismo me lo impidió.
La soledad suele ser siempre un árbitro insobornable, pero las locuras no tienen freno y menos cuando el sexo y la necesidad de eyacular se juntan, ¿cuestión de salud? No lo sé pero vaya que cada día que pasa me doy cuenta de que aun no pierdo la capacidad de asombro y eso me alegra, qué sería de mis días sin estas cosas que le dan tintes de drama y risas.
Moraleja de la historia: chicos lean el instructivo correctamente, inflen cuidadosamente su muñeca y si trae gemidos incluidos por favor no los usen, suenan más falsos que las promesas gubernamentales. Y hay veces que a esa edad uno solo puede dar risa, lastima o dinero.

lunes, 9 de agosto de 2010

INFLANDO EGOS

No me imagino una vida de más engaños que la que llevo yo. Me pregunto, quién es peor, yo por mentir o ellos por pagar para que les mienta. No es mi intención parafrasear a la monja, pero parece ser que, desde hace tres siglos, nada ha cambiado dentro de las mentes y los pantalones de mis amados hombres; desean verdades a medias y desnudos enteros. ¿Qué puedo hacer yo? Me he enseñado a ser excelente en mi trabajo.
En uno de esos andares de chica con moral distraída, conocí a un funcionario más; parecía bastante recto, aunque bueno, así son ellos, me imagino que les darán una clase de actuación o un adoctrinamiento por el estilo.
Recuerdo que me contacto por medio de alguien más, un atrevido que no tuvo reparos en darle mi número celular (al menos no necesito imprimir tarjetas de trabajo por que me hacen publicidad gratis). Quedamos en un encuentro bastante discreto (si, aunque escriba todo y no lo parezca, la discreción es una virtud muy redituable en mi oficio), es uno de esos hoteles donde te da miedo tocar las puertas sin protección; con luces rojas como de congal abandonado y películas porno en todos los canales, esos lugares recoletos y desolados, donde parece que se nos pegará el sida con solo respirar.
Me preguntaba mi amiga cómo es el primer minuto en la intimidad, ese instante en donde la puerta se cierra con un chirrido promisorio, y me deja a mí a solas con alguien que, las más de las veces, sólo busca mis partes superficiales y vacías (ustedes saben). Bueno, desmitificaré algo: ese minuto es nada… no existe pudor, o miradas cómplices, ni siquiera el silencio embarazoso de las grades ocasiones. Siempre nos saltamos el preámbulo y término con unas manos ciegas que buscan lo que no van a poder hallar.
En el caso del funcionariorecto, nada fue diferente (tranquilos lectores, ya llegará el día que les cuente algo exótico, como el caso del ner kamasútrico o la señora que explora). Desearía decir que fue bueno, pero no, se limitó a manosearme con desesperación, sotar con descuido su ropa, como quien dilapida el dinero del erario, penetrarme y hacer las cosas grises y aburridas que haría alguien de corbata e impotencia funcional burocrática.
Ya saben, sólo era un hombre que necesitaba oír gemidos de alguien sexy (y no quejas de lideresas priístas), un pobre diablo que apuntaló su autoestima y hombría en las falacias de esta Violetta. Creo que esos son los peores y duran con congruencia en la cabeza como duran de amantes en la cama… al parecer tardé más yo en quitarme el sostén, que él en comenzar a jadear y estallar, cosa de unos cinco minutos. Y después el momento decisivo: el momento en que debo hacer uso de mi habilidad para mentir (dicen que se demuestra la inteligencia de un niño si aprende a decir mentiras antes de los tres años, en mi caso, hago gala de ella al mentir justo en el instante oportuno). Hay que decir que fue maravilloso, que nunca sentimos nada igual, hay que sacar a relucir el tema del mítico pene del millón, ya saben, alimentar el ego. Amén. Mi funcionariorecto quedó satisfecho y yo me condené una vez más (pero ahora por perjura).
Creo que no existe nada recto en esta vida, y sólo es posible una pregunta: “¿juegas?”.
La gente se la pasa mintiendo, viviendo, mintiendo. Yo lo hago todo el tiempo; les miento a ellos y ellos a mí. Se mienten a si mismos y a sus parejas. ¿Cómo vivirán sus mujeres, esposas de estos hombres, con carteras llenas y piernas vacías…?

martes, 3 de agosto de 2010

BABILONIA

Se me hace increíble confesarme por escrito. La última vez que hablé de esto, estaba frente a una amiga. Al principio no quería decir nada al respecto porque estaba instalada en mi vida de mentiras.

Pero dijo un marica inglés que es la confesión, no el sacerdote, la que absuelve. Personalmente, no quiero ser absuelta de nada. Sólo quiero practicar un deporte entretenido: sonrojar y morder conciencias.

“Violetta”, Así decidí llamarme ese día en que, como Saulo camino a Dámaso, tuve una revelación: Saltillo es la Babilonia sin gloria, la ciudad de los pasos a desnivel y los pasos falsos, la urbe que muestra su doble moral como la ramera muestra las dos piernas abiertas.

Por ese tiempo yo compartía casa con una mujer de esas que parecen de porcelana, las que casi se quiebran de indignación ante los piropos de los albañiles; esas que no rompen un plato, pero sí las patas de las cama. Ella se dedicaba a salir con hombres y a dejarlos entrar. Tenía sexo por dinero.

Una aclaración: no nos excita. Ni se hagan ilusión los hombres que nos contratan o aquellos que hablan a las hot lines, las que nos dedicamos a esto, no lo hacemos por lujuria. No son el pene del millón y sí, lo hacemos sólo por dinero.
Ella me invitó después de que dejé un empleo en el que vivía subyugada con horarios de doce horas, de lunes a domingo sin descanso, sin sentarme y sin comer —sirva esto como pequeña protesta y venganza contra los cabrones que hacen que la gente decente como yo viva para trabajar y no trabaje para vivir, como es debido—. Yo hice una breve junta con mi conciencia, pero no sirvió de nada, porque recordé que la había olvidado en uno de esos raudos periféricos.

Ahí comenzó mi participación como dama de compañía —¿Que diría Mary Poppins de que se use así el término?—. Al inicio no involucraba sexo —aunque Freud sostenga que todo involucra sexo—, sólo era asistir a eventos privados de gente muy importante. Conforme fui conociendo más personas, más se interesaban en mí buscando otras habilidades. Un día, un funcionario me ofreció un bono extra, como esos que se suelen recetar ellos. Así que me integré al rentable y no tan glamouroso mundo del comercio sexual.

Me ha tocado de dulce, de chile y de manteca. Hay de todo en este zoológico de Dios. He estado con hombres, semi hombres y eunucos. Mujeres peludas, rasuradas y carnívoras. La suerte me bendice y el condón no se me rompe. No me he topado con fanáticos de Sade o con “copro-tagonistas”. Aún así, mi vida es interesante. A veces creo que ser puta es como bailar: cuestión de agarrar el ritmo.