sábado, 30 de julio de 2011
AMORES PERVERSOS
Un día seremos cosas pasadas llenando las memorias de tiempos perdidos, lágrimas, silencios, gritos, veneno del desamor.
Diciendo versos, tu nombre con el viento.
Amor amputado, caminando en muñones, piernas como las alas de un ave, todos tenemos algo escondido, yo tengo lo mío, lo he guardado debajo de mi falda, lo he pintado con tinta indeleble simulando delicados rostros en mis brazos.
Unos días te olvido, te conviertes en polvo de la ventana que se abre para llevarte a los rincones de mi cama, para olerte, inhalarte como droga sonámbula, despiértame con tu sabor en mi boca, tu sexo en mi vientre, contigo siempre.
Y te quiero, te alejo, te tomo, te pierdo, te encuentro y me levanto y me voy como loca todos los días.
Basta el sonido de tus labios diciendo mi nombre, bastan mis manos tocando, basta el silencio de los besos.
Jugamos nos perdemos…
lunes, 18 de julio de 2011
UN CHOLO VERANIEGO
Un viaje de tres horas era el inicio para una buena cantidad de oxitocina, durante el trayecto tres mujeres quejándose de la falta del buen sexo, terminando con la frase ¡ya no los hacen como antes! Y mientras ellas alardeaban de sus necesidades mal suplidas. Yo, ¡ja! Ingenuas en un momento mas Miss Pelvis será afortunadamente complacida.
Y bueno a la mañana siguiente después de un delicioso almuerzo y gustándome lo que veía acompañado de algunos besos, que como siempre lo he dicho son el preámbulo perfecto al buen sexo, eso también según las estadísticas de la bolsa de valores puteril. Mi boca no podía mentir era el un buen besador.
Yo no entraba dentro de las estadísticas de la desilusión, mi cholito cumplía con bastante de los requisitos que puede pedir alguien con deseos de salir de la rutina.
Una aventura veraniega era lo que le hacia falta a esta vida que se estaba quedando estancada por la rutina, el ocio y las redes sociales.
Tenía ganas de que alguien tuviera ganas de arrancarme la ropa, de comerme a besos, digo tomando en cuenta que siempre he creído que besar es mucho más íntimo que tener sexo.
Tenia ganas de sentir, de dejarme llevar, generalmente dejarme llevar es un riesgo que no corro, no me estaba enamorando solo, quería saborear la vida lagunera con sus plus y sus extras con sabor a un tipo diferente del común denominador de su querida Violetta.
Es curioso ver como algunos besos aún siguen buscando la forma de aquellos labios en otros nuevos.
Y bueno a la mañana siguiente después de un delicioso almuerzo y gustándome lo que veía acompañado de algunos besos, que como siempre lo he dicho son el preámbulo perfecto al buen sexo, eso también según las estadísticas de la bolsa de valores puteril. Mi boca no podía mentir era el un buen besador.
Yo no entraba dentro de las estadísticas de la desilusión, mi cholito cumplía con bastante de los requisitos que puede pedir alguien con deseos de salir de la rutina.
Una aventura veraniega era lo que le hacia falta a esta vida que se estaba quedando estancada por la rutina, el ocio y las redes sociales.
Tenía ganas de que alguien tuviera ganas de arrancarme la ropa, de comerme a besos, digo tomando en cuenta que siempre he creído que besar es mucho más íntimo que tener sexo.
Tenia ganas de sentir, de dejarme llevar, generalmente dejarme llevar es un riesgo que no corro, no me estaba enamorando solo, quería saborear la vida lagunera con sus plus y sus extras con sabor a un tipo diferente del común denominador de su querida Violetta.
Es curioso ver como algunos besos aún siguen buscando la forma de aquellos labios en otros nuevos.
viernes, 8 de julio de 2011
LA PUTA MAS CARA, LA PUTA VIDA.
Diría mi profeta personal que “el amor es el juego donde dos par de ciegos juegan a hacerse daño”, el no había estado exento de esto. Quería sentirse protegido vivir un cuento con cliché de final feliz, ¡ingenuidad! O ¡pendejada! ¿Cual calificativo le iría mejor a la esperanza, la fe absurda que pones en las manos de los demás? ¿A que sabe poner tu corazón en puños de alguien para que te lo regresen echo mierda? Una protesta al “amor” un grito a los que se enamoren, que se bajen de su nube y vengan aquí a la realidad.
El no era diferente a los otros, al menos no del todo, siempre tratando de ir tirando poco a poco sus prejuicios en la calle haber si lograba que el aire se los llevara.
Venia como muchos, del amor amputado, siempre llenando bolsas de ilusiones que eran regresadas con una nota con la clásica frase de ¡lo siento! Así haríamos una lista de esas frases que nunca tienen un contexto real que siempre son un volado en tu cabeza un juego de azar. Yo solo podía consolarlo de la única forma que conozco, rellenando mi cartera para que empezaran a salir las mentiras como maquinita de feria.
Cae en su propia trampa, respondió solo sus propias preguntas, quiso querer, se dejo hacer pedacitos de miel y se los di a comer. Tal vez mañana despierte con la boca seca, con dolor de cabeza, con el corazón en una caja con pegamento y pintura fresca. Era lo menos que podía hacer por el, doparlo una noche que le dolerá menos un día de estos.
Es tan solo, el amor de su herida. Hay cosas que no hace por miedo a quedarse solo, estar con el mismo por ejemplo.
El no era diferente a los otros, al menos no del todo, siempre tratando de ir tirando poco a poco sus prejuicios en la calle haber si lograba que el aire se los llevara.
Venia como muchos, del amor amputado, siempre llenando bolsas de ilusiones que eran regresadas con una nota con la clásica frase de ¡lo siento! Así haríamos una lista de esas frases que nunca tienen un contexto real que siempre son un volado en tu cabeza un juego de azar. Yo solo podía consolarlo de la única forma que conozco, rellenando mi cartera para que empezaran a salir las mentiras como maquinita de feria.
Cae en su propia trampa, respondió solo sus propias preguntas, quiso querer, se dejo hacer pedacitos de miel y se los di a comer. Tal vez mañana despierte con la boca seca, con dolor de cabeza, con el corazón en una caja con pegamento y pintura fresca. Era lo menos que podía hacer por el, doparlo una noche que le dolerá menos un día de estos.
Es tan solo, el amor de su herida. Hay cosas que no hace por miedo a quedarse solo, estar con el mismo por ejemplo.
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