La moral ese lazo que nos hace sentirnos atados, la naturaleza terrenal del pecado, o escondernos entre los callejones para ser quienes realmente deseamos y nos da miedo, ¿Qué dirá de mi?, ¿creerá que soy una puta?, ¿me volverá a llamar?, cuando en el fondo no queremos, ni nos importa si piensan mal, siempre con la bolsita de prejuicios, cuando en realidad queremos quien nos desgarre la ropa y se marche sin decir nada, justificando actos que disfrutamos, esos deliciosos placeres de la carne, ese instinto natural del ser humano.
Si hubiera dicho ¡no! “habría sido violación y no me gusta que me traten como puta” ¡aja! Me suenan tan trillado, tan falso como de quien camina con un escote o una falda corta pasando a un lado de una construcción esperando que ningún Maistro le grite barbaries.
Estos son actos de aquellas mujeres que como bien dice mi amigo Quadritos en tono vulgar, “se la comen toda (risas) si, me dice: de esas santurronas con faldas largas de biblia en mano, cuando te fijas bien debajo de esas telas hasta los tobillos no traen calzones, las cabronas”
Prefiero disfrutar mis puterias, tanto como rellenar mi carterita de billetitos, olvidarme de la conciencia, darle gusto al gusto, dejarme de chingaderas y tirar los prejuicios que siempre vienen a joder las mentes y los cuerpos libres.
La humanidad tiene una moral doble: una, que predica y no practica, y otra, que practica pero no predica. Quienes somos para juzgarnos si a final de cuentas todos nos rendimos ante los deleites de carne. Como luego dicen por ahí lo bailado quien te lo quita.
la onda es: déjate ser, fluye tal cual..
ResponderEliminartotal, es tu vida, y se trata de disfrutar.
ya lo dijeran los buenos beatles, let it be.....
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