miércoles, 12 de enero de 2011

Un Nerd Kamasutrico

¿Quién dice que el sexo no tiene que ser divertido en este negocio? Digo, no es emocional, no es romántico y muchos menos excitante, pero de que te ríes, te ríes. Y no es una broma cruel acerca del desempeño de mis clientes, ni mucho menos de mis clientas, sino una referencia a alguien de quien les contaré. Encontré por azar a un personaje digno de mención y ejemplo viviente de que las apariencias engañan.
Él era un tipo regordete, de esos que ves y quieres abrazar, de los tiernos y pachones que se ven, sí, justo como ositos de peluche. Desbordaba lo que yo llamo “inteligencia poco práctica”, es decir, era un nerd irredento del ITESM. Cuando lo traté me di cuenta de por qué pagaba por sexo; al parecer le excitaba más encender su computadora que una copa 34B (Polémica de la semana: ¿Cuál es la medida perfecta de senos?).
Pensé en ahorrarme esfuerzos inútiles y brindarle una sesión común, con los mismos gemidos falsos de Jenna Jameson y las posiciones más conservadoras, empezando por el misionero. (Y aquí va el dato de trivia de la semana: la posición de misionero fue llamada así porque la enseñaron los misioneros a los aborígenes “degenerados” de la Isla de Samoa, quienes permitían que la mujer estuviera encima y de cuclillas), pero el destino me sorprendió, ya que nada más iniciando, El Nerd me dijo tímidamente: “¿Podemos intentar otra posición?”. Violetta decidió complacerlo y allí se dio cuenta de otra habilidad que la cotiza en el mercado puteril: ¡Soy contorsionista!
El Nerd, ahora convertido en Kamasútrico, me tomó de las piernas, se las puso encima de los hombros y con todas las fuerzas de un Atlante, alzó mi peso. Inició una penetración casi de columpio y yo sólo podía pensar: “Ahooooora, despierta la mujer que en mi dormía…”. Era impresiónate que un hombre como él supiera tantas cosas (acaso lo aprendió en el Internet y las putas con clase deberíamos actualizarnos). Bueno, si hubiera un concurso de esos que se recetan las abuelas los domingos de ocio, que pudiera incluir cosas raras y dos buenas piernas, seguramente mi gordito personaje y yo ganaríamos. No recuerdo haber visto mis rodillas desde una perspectiva tan abstracta.
Al final, El Nerd Kamasútrico se vino con un suspiro tremendo. Yo quedé exhausta e impresionada… él se tapó pudorosamente con sus sábanas. Yo pensé: “¡Cabrón, me moviste como trapo y ahora te da vergüenza! Él pagó. Yo me marché.
En definitiva, el sexo no conoce de apariencias o de barriguitas graciosas. El sexo nos engaña, poniendo a algunos a mentir exhaustivamente, o a demostrarme mis habilidades de cirquera (¡vamos, vamos al circo donde atan las manos!)

2 comentarios:

  1. De lo mejor que ha publicado Violetta hasta ahora, demostrando una vez más que el sexo es de los artefactos (junto al fuego, la rueda y la computadora) más interesantes que le han otorgado al hommo sapiens.

    ResponderEliminar
  2. jajajajaja quien dijo que ver tanto porno por internet no deja algo bueno????

    ResponderEliminar